La experiencia ha sido fantástica! El hotel está en un valle con unas vistas preciosas y muy tranquilo. Mark & Delphine fueron unos anfitriones muy hospitalarios, muy pendientes de nosotros, muy serviciales y atentos. Cenamos una noche en el hotel y degustamos unos platos tradicionales exquisitos hechos por ellos, con productos de su huerta incluido un vino de nueces buenísimo!. Además el hotel tiene una piscina con vistas al valle donde nos pudimos refrescar.
La habitación es grande, luminosa, limpia y decorada con muy buen gusto. Un sitio que nos ha encantado y que repetiremos.
Lo recomendamos cien por cien!
Andrés & Anna